jueves, 25 de septiembre de 2008

AJEDREZ MENTAL


Imagine esta historia, un amigo le invita a participar en un singular experimento, la amistad y la curiosidad le impiden negarse; se trata de que usted acepte jugar dos partidas de ajedrez. Su amigo le indica que vaya a un lujoso hotel, ahí le explican que lo están esperando en un enorme salón decorado de manera elegante. En el centro del salón está una mesa pequeña con una lámpara, un tablero de ajedrez y dos sillas, todo lo demás está en penumbra.
Le indican que el experimento está a punto de iniciar.
Por la misma puerta que usted entró, ingresa un hombre de cuarenta años al salón. Les piden a ambos que se sienten, él será su primer contrincante; el sujeto parece un tipo rudo, mal encarado y peor vestido. Toda su ropa luce arrugada y un poco sucia. El sujeto ni le saluda y apenas masculla una palabra antes de sentarse y empezar a mover sus peón blanco.El hombre no deja de ver las piezas, parece como si él mismo fuera una de ellas, inmutable, inexpresivo, pero desafiante. En el décimo movimiento, su contrincante domina con sus caballos el centro del tablero; su reina ha tenido que salir a defender a su rey y se encuentra en riesgo de caer frente a uno de los alfiles. Para el vigésimo movimiento usted tiene que rendirse, dejando caer su rey, junto con su orgullo. Su contendiente respira profundamente, y al exhalar pronuncia las mismas palabras que usted no entendió al inicio de la partida: "shat mat". El sujeto se retira como llegó, despidiendo un ligero olor que indica que no se duchó esa mañana, ni la anterior.
La segunda partida inicia inmediatamente, su contrincante es una joven delgada, de cabello negro, tan intensamente oscuro que parece atraer la luz de la lámpara; sus ojos de color verde profundo son como luceros; tiene aproximadamente unos treinta y tantos años de edad, aunque su apariencia distraída le hace verse más joven. Aunque políticamente sea incorrecto decirlo, nota que deja ver parte de su cuerpo por no tener abotonados los botones superiores de su blusa, ¿habrá olvidado hacerlo o será su estilo vestir así?Ella podrá lucir encantadora, pero la partida es una pesadilla. Para empezar, se retracta varias veces de los movimientos que realiza, mueve la pieza, la suelta, e inmediatamente la toma de nuevo para acomodarla en otro sitio. Cada vez que a usted le toca mover, ella se muestra inquieta, pareciera que le quiere apresurarlo y desconcentrarlo. En una jugada crucial no respeta las reglas de movimiento, y posiciona su caballo en donde no le corresponde. Después de dos horas, el juego queda tablas, empate. La joven se despide gentilmente y sale caminando de forma elegante. Difícil dejar de verla.Luego de despedirse de su amigo, quien le promete explicarle al siguiente día el propósito del experimento, usted se retira caminando, pensativo, reflexionando qué puede obtener de esta singular, y aparentemente sin sentido, experiencia. Por cierto, no puede dejar de pensar en la anatomía de su maleducada contrincante. Después de todo, siempre hay algo que rescatar de las experiencias.
Al siguiente día su amigo le llama para explicarle el experimento, pero antes le pregunta: ¿Quién de sus contendientes se comportó como adversario y quien como enemigo? Usted se queda pensando en tantas cosas. Fin de la historia. Adversarios o enemigos Existe una sutil, pero interesante diferencia entre un adversario y un enemigo, aunque parece que ambos términos son sinónimos y comparten significados, no quieren decir lo mismo.
Un adversario siempre con lleva una competencia por objetivos comunes, puede ser en la política, los negocios o el deporte. Una competencia implica ciertas reglas y códigos de conducta civilizada. De esta manera, si un adversario vence a otro es porque fue menos capaz, en términos de la competencia.
Un enemigo trabaja con una lógica completamente diferente, el enemigo busca vencerlo, derrotarlo a toda costa, infringir daño. Como decía Richard Nixon, "no sólo se trata que yo gane, sino de que el otro pierda". En el derecho antiguo, una persona que matara al padre, la madre o algún pariente en cuarto grado, o que hubiera causado un delito grave contra ellos, se le denominaba enemigo. El diccionario es muy claro, un enemigo es alguien que tiene mala voluntad a otra y le desea o hace un mal.
Un adversario, por otra parte, es alguien que mantiene una postura adversa, contraria a nosotros, alguien que está materialmente enfrente de nosotros, con quien estamos en posiciones encontradas. Un adversario es alguien con quien rivalizamos en algún tema. En una confrontación entre adversarios, la competencia es franca y abierta, los adversarios se conocen y reconocen entre ellos. Los enemigos no siempre son conocidos, algunos incluso se esconden y fingen. ¿Perciben la sutil diferencia entre un adversario y un enemigo?
Sería bueno que en las organizaciones, en la sociedad, nos enfrentáramos las personas como adversarios y no como enemigos.
Si sabemos que tenemos que confrontarnos, respetemos las reglas de la competencia. Como en el ajedrez, que gane el mejor en una confrontación bien definida.
*La palabra jaque mate proviene del persa "shat mat", que significa muera el rey.
El ajedrez es una lucha con uno mismo.
Mijail BotvinnikFundador de la Escuela Soviética de Ajedrez

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