Un candidato debe considerar algunas técnicas para sacar provecho de la sensibilidad del electorado. Los ejes de una buena campaña electoral son investigación, imagen, comunicación y grupos de interés
Nada tan drástico como la mercadotecnia política en tiempos de elecciones, pues la única estrategia correcta será la del candidato que gane. Después del 6 de julio, para los vencidos ya no habrá ningún cambio de táctica posible, ninguna posibilidad de recuperar cuotas de mercado, nada de planes alternativos o inyección de capital y recursos para recuperar el terreno perdido. Por eso, la mezcla adecuada de las actividades en campaña es más arte que ciencia exacta.
Un plan exitoso de mercadotecnia política debe girar en torno a cuatro ejes principales:
1) La investigación previa a la elaboración de la estrategia y del mensaje, lo que permite enfocar correctamente las posibilidades de un candidato ante su audiencia. La diferencia entre propuestas que tienen temas en común, como la economía, el desempleo y la seguridad, necesita tener fondo y sobre todo forma, para que pueda ser bien percibida por el electorado. Un ejemplo: en 1988, el lema “Lean mis labios: no más impuestos” de George W. Bush le valió la presidencia. Este slogan nació de un análisis profundo sobre el tema que más inquietaba a la población estadounidense en ese tiempo: los impuestos.
2) La imagen del partido y su conexión con la imagen del candidato son la verdadera oferta que durante los meses de campaña la gente recibirá de forma continua. Acercarse al público de manera convincente y emotiva suele dar mejores resultados que un acercamiento racional. El ex presidente William Clinton obtuvo más aceptación apareciendo como un mediocre saxofonista en un popular talk show, que durante los debates donde se discutían las propuestas de gobierno de su país.
3) El manejo de la comunicación masiva y el uso justo de los medios es el tercer vehículo hacia la victoria. Las estrategias exitosas se basan en el hecho de que a la gente se la convence más fácilmente con argumentos, vocabulario sencillo y temas que no requieren de conocimientos específicos. Cuando el magnate y ahora primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi, decidió entrar en la política, utilizaba afirmaciones de nacionalismo y lucha contra el comunismo para sus fines. Su estilo populista fue criticado duramente por los especialistas, pero no por el público elector. Su vasto imperio mediático (prácticamente toda la televisión italiana) siempre estuvo al servicio de su imagen y necesidades: ¡3,000 horas de tiempo aire dedicadas a él!
4) Por último, pero no menos importante, es la consideración hacia los grupos de interés y contribuidores activos de la campaña, sobre todo con relación a la organización del partido del candidato. ¿Estarán sacando provecho de la mercadotecnia política los candidatos o sólo utilizan insultos y la descalificación para llegar al poder?
"La crisis se produce cuando lo viejo no acaba de morir y cuando lo nuevo no acaba de nacer."
Bertolt Brecht
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