jueves, 2 de julio de 2009

MAS PROBLEMA QUE SOLUCION


Así, ¿quién no?

Claro que
General Motors (GM) va a dejar de perder dinero y empezar a ganar utilidades muy pronto. Con 65 mil millones de dólares inyectados, con los flujos producto de liquidaciones de activos, con reducciones de nómina de 2 mil millones de dólares anuales, con la venta de la mitad de sus marcas sería el colmo que no ganara dinero.

Pero ganar dinero así, en medio de la protección de leyes de bancarrota y con el apoyo total del Gobierno norteamericano, no tiene mucho chiste. El problema de GM es también uno de mercado y me atrevo a decir que es incluso más grande que el de su modelo de negocio, su estructura financiera o su palanca operativa.

Mientras GM no conceptualice su problema como uno de ventas y de participación de mercado, los miles de millones de efectivo que se invierten o se allegan, desaparecerán como agua entre las manos.

El nuevo CEO, Henderson, es un hombre de "adentro" formado en contabilidad y con experiencia en temas financieros y globales, pero lo que necesita GM es un enfoque comercial y de marketing que venga de afuera de la compañía.

Además, ahora GM tiene un obstáculo adicional: el dueño mayoritario es el Gobierno.

Con estas condiciones no pueden tomarse decisiones verdaderamente innovadoras o irreverentes, como lo demanda la situación. Existe un conflicto fundamental y es virtualmente irreconciliable entre la orientación competitiva que requieren las empresas globales y la función social.

El diagnóstico equivocado, sumado al perfil de Henderson y la influencia que tiene el Gobierno en la gestión, convierten a este esfuerzo de rescate un “nuevo problema” mas que una “nueva solución”

Los competidores de GM deben estar de fiesta. Por su lado, Ford ya anunció incrementos en sus cuotas de producción y es cuestión de minutos que Toyota, Honda y otros corran a toda velocidad para llenar los grandes espacios que el desmoronamiento de GM está abriendo.

El problema y la solución cada vez más están allá afuera en el mercado, no adentro en la operación.

"No conozco la clave del éxito, pero sé que la clave del fracaso es tratar de complacer a todo el mundo".

Seneca



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