domingo, 8 de febrero de 2009

PORQUE NO DEBE SER UN ESCLAVO DE SU AGENDA




Mire a su alrededor. Probablemente más de uno de sus colegas de trabajo tiene un problema: es esclavo de su agenda. Cada día más ejecutivos de se sienten atrapados por un calendario repleto de compromisos durante meses.
Toda su vida –profesional, personal y familiar – gira en torno a obligaciones, proyectos y fechas límite.
Como consecuencia, las jornadas laborales se están extendiendo. Un estudio realizado por la cadena hotelera Crowne Plaza Hotels & Resorts sostiene que los hombres y mujeres de negocios trabajan cada vez más horas fuera de su jornada regular. En total, tres cuartas partes de los encuestados laboran más de tres horas extras todos los días, mientras el 5% reveló estar casi duplicando su día, al trabajar normalmente siete horas más sin remuneración

Los resultados también reflejan el impacto que las tecnologías móviles (celulares, PDAs y Blackberrys) tienen en los trabajadores, al darle a la gente la posibilidad de acceder y estar lista para trabajar donde quiera que esté.
El 62% se lleva a la cama su BlackBerry o teléfono móvil, por si acaso recibe una llamada importante o un correo electrónico durante la noche, mientras una cuarta parte admitió dormir con su PDA todas las noches. ¿Algo más? El 67% admite que prefiere terminar su trabajo en cualquier momento, de día o de noche, en lugar de dejarlo para la mañana siguiente.

Si quiere identificar las desventajas de esta práctica corporativa, analice los siguientes síntomas y sus consecuencias:

1. No hay tiempo para lo que le gusta: Las limitaciones de agenda le obligarán a priorizar y, probablemente, a dejar de hacer cosas que le gustan y que hubieran sido interesantes y enriquecedoras en lo personal y profesional.

2. ¿Cuándo puede escuchar a los clientes? Como no hay tiempo, dedicar algunas horas a hablar con sus clientes y escuchar sus problemas y recomendaciones será una actividad imposible. Eso, con el tiempo, lo hará alejar de la realidad y perder la oportunidad de observar las cosas de primera mano y alimentar su creatividad. Las ideas, muchas veces, están escondidas en una buena y tranquila conversación.
3. El fin de la espontaneidad Una vida cargada de actividades puede dejarlo sin espacio para acciones espontáneas (de su parte y de su equipo) y, sobre todo, sin tiempo para reflexionar sobre cómo avanza su vida y la empresa. No se conformes con una llamada telefónica o un e-mail si puede sacarle verdadero provecho a un encuentro personal.
4. 100% disponibles: La evidencia es clara: un tercio de los ejecutivos prefiere llevar consigo la PDA en su período de vacaciones. Estar todo el día y en cualquier lugar disponible no sólo es un mal hábito personal, sino un indicio de pésimas prácticas corporativas. Si te necesitan para tomar todas las decisiones, quiere decir que no tiene un equipo (o al menos un “segundo al mando”) capaz de hacer lo que tiene que hacer.
5. “Salgo de viaje otra vez…”Si prefiere salir de su ciudad con tal de trabajar “tranquilo” en un hotel hasta tarde, es señal de que siente que su vida personal está impidiendo el correcto desempeño de sus obligaciones laborales. ¡Cuidado! Estás a un paso de una gran crisis familiar.

Tenga en cuenta que su trabajo no es estar ocupado, sino hacer las cosas bien. Para mejorar su desempeño, sigue estos consejos:
Deje al menos una hora libre al día para actividades imprevistas.
Organice reuniones eficientes.

Dedíquese a atender un tema a la vez.
Cuestione a sus subordinados sobre la importancia de las juntas que le solicitan o los viajes que planean con usted.
Intente tener al menos una comida sin pláticas de trabajo.
Aproveche los viajes en avión para leer o pensar (¡Nadie podrá llamarle!)
Busque un asistente que valore su tiempo tanto o más que usted.

"El hombre inteligente no es el que tiene muchas ideas, sino el que sabe sacar provecho de las pocas que tiene."
Lev Nikolaievich

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