viernes, 10 de octubre de 2008

LA MENTE DEL PRINCIPIANTE

De la filosofía Zen tomamos este pensamiento: “Si tu mente esta vacía siempre estará lista para cualquier cosa, todas las ideas son bienvenidas. En la mente del principiante existen múltiples posibilidades, en la mente del experto solo unas pocas”.

El Primer Día

Imagine que hoy es el primer día en un nuevo empleo. ¿Qué estaría pasando por su mente en este momento? Seguramente usted empezaría por hacer preguntas, todos esperamos que “los principiantes” siempre hagan preguntas. En esa etapa los que hacen preguntas demuestran que tienen interés por aprender. Sobre la base de la información que recolectamos, a través de los cuestionamientos, vamos adquiriendo conocimiento. Conforme vamos tomando decisiones validamos la información y reafirmamos nuestra propias hipótesis y teorías, es decir vamos dejando de ser principiantes. Y de esta forma, un día nos ganamos cierta reputación de “expertos” en determinada área o especialidad, todo esto gracias a la gran cantidad de información y experiencias que asimilamos. Desdichadamente olvidamos con el paso del tiempo la formula que nos ayudó a aprender: Haciendo preguntas.

La Mente del Principiante

¿Qué se necesita para que una esponja absorba a su máxima capacidad? Que primeramente esté completamente seca. De la misma forma, a veces le resulta más fácil aprender a un principiante que reconoce no saber nada, que a un experto que tiene conocimientos previos.

La ignorancia controlada que manifiesta un principiante permite asimilar cualquier nueva pieza de información y procesarla fácilmente, mientras que para los expertos los nuevos conceptos deben “cuadrar” con la información anteriormente adquirida. Y si no es así, aplicará toda su inteligencia en demostrar el error o la inconsistencia. A veces se atacan a las ideas nuevas con esa sutil soberbia que nos proporcionan los títulos universitarios y los años de experiencia. Hacemos referencia a teorías empolvadas o “el álbum de los recuerdos” y desacreditamos “lo nuevo” antes que demostrar nuestra falta de entendimiento.

Los Estudiantes como Principiantes

Mientras el sistema educativo, especialmente en los grados superiores, no recompense a los que hacen preguntas más que a los que se responden; seguiremos viviendo en una cultura en donde saber es más importante que aprender. Actualmente los alumnos de las mayorías de las universidades se concentran en contestar las preguntas de los maestros, saben que serán evaluados por la destreza que tengan para poner el conocimiento en papel o verbalizarlo durante las clases. La exploración por formular preguntas obvias o sin respuesta es parte del trabajo intelectual que deberían hacer los estudiantes. Ahora todo el mundo refleja una postura de “sábelo todo”, y la ignorancia es evitada como estigma social.

Escuche a los Expertos

A continuación presentamos una serie de pronunciamientos de personas reconocidas, aunque desde la perspectiva histórica resulta simplista el juzgar los enunciados, la intención es observar lo determinante de sus aseveraciones.

“No hay razón para que alguien desee tener una computadora en su casa.” -Ken Olson, presidente y fundador de Digital en 1977 “El concepto suena interesante y está bien organizado, pero si desea mejorar la calificación el proyecto tiene que demostrar su factibilidad.” -Un profesor de Yale sobre el proyecto de Fred Smith de un servicio de entrega inmediata. Smith fundaría más tarde Federal Express. “¿Quién va querer escuchar a los actores hablar en las películas?” -H. M. Warner fundador de los estudios Warner Brothers en 1927 “No nos gusto, además la guitarra es una moda pasajera.” -Decca Recording Co., cuando rechazó grabar a los Beatles en 1962 “Todo lo que se imaginan ya ha sido inventado.” -Charles H. Duell, comisionado de patentes de los Estados Unidos en 1899.

Los Enemigos del Principiante

La arrogancia que dan los éxitos y triunfos se convierte en la amenaza principal para aquel que desea aspirar a tomar una actitud de principiante. En segundo lugar está el temor a equivocarnos y por lo tanto reconocer nuestras propias limitaciones. A la mayoría de nosotros nos educaron para ser exitosos, sea lo que sea que esto signifique, no para andar por la vida en una actitud humilde aprendiendo de los demás haciendo preguntas. La mayoría de nosotros aspiramos a lograr cierto “status” o posición como “expertos” como si fuera lo opuesto a “ser principiantes"; y se nos olvida que el día que dejemos de hacer preguntas, como si fuera el primer día de un nuevo puesto, dejaremos de aprender y por lo tanto de saber que estamos hablando.
“En la vida no hay que tener miedo de arriesgar y cometer una equivocación, sino cometer la equivocación de no arriesgar.”
Madre Teresa de Calcuta

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