miércoles, 8 de octubre de 2008

LOGICA DE GELATINA


“Según Dewey el pensamiento reflexivo es siempre más o menos penoso porque implica vencer la inercia de nuestros juicios apresurados.”

La Gelatina y El Agua.

Hace casi treinta años Edward de Bono propuso un interesante ejemplo para demostrar como las ideas preestablecidas fijan patrones de pensamiento, para esto utiliza los siguientes
elementos: un recipiente extendido con gelatina preparada y agua caliente. El ejemplo consiste en inclinar un poco la gelatina y dejar correr desde la parte más alta del recipiente un poco del agua caliente. Se puede observar como el liquido va formando un canal conforme va avanzando cuesta abajo, y entre más veces depositemos el líquido desde el mismo punto podemos observar que sigue la misma ruta.

Si ahora tratamos de que el agua tome un camino diferente la lógica nos diría que debemos dejar caer el agua desde un punto diferente.
Como las primeras gotas de agua caliente dejaron marcas suficientemente profundas, las siguientes gotas se terminarán acercando al relieve previamente formado. Esto es exactamente lo mismo que sucede con la geografía del planeta, en donde una vez pasó un río siempre existe la posibilidad que el agua vuelva a correr por el mismo sitio. El agua corre por donde el cauce ya está preparado y entre más agua pasa más permanece el cauce.

La Definición de Problemas.

Y esto también sucede con la lógica de nuestros pensamientos, una vez que “nuestro sentido común” ha trabajado en la resolución de un problema se forman asociaciones de ideas que se van reforzando conforme la frecuencia del uso aumenta. Igual que las gotas de agua sobre la gelatina, entre más gotas se depositan más profunda es la marca que dejan sobre la superficie. El problema es que no todos los problemas requieren seguir la misma lógica o secuencia de pensamientos, en otras palabras las formula antiguas no siempre funcionan para solucionar los nuevos problemas.

Nuestra percepción de la realidad también está dictada por experiencias previas, percibimos aquello que estamos acostumbrados a distinguir mientras lo demás solemos pasarlo por alto. Todos tenemos una gran necesidad por interpretar hechos y acontecimientos que no observamos directamente. Lo que es aún peor nos vemos materialmente obligados a tomar decisiones y trazar planes de acción sobre la base de la mera interpretación de la realidad. En algunas personas de esto depende la estabilidad de su trabajo o el éxito de su empresa. Ya decía John Stuart Mill “obtener inferencias se ha considerado como el gran negocio de la vida”.

Rapidez Ante Todo.

Es muy importante que reconozcamos que cada vez que la mente se enfrenta con una problemática se produce modelos mentales que tratan de reproducir una “fotografía global” de la situación en general. Estamos acostumbrados a “reducir” los problemas a descripciones simplistas de situaciones complejas en términos que nos son familiares. De manera que si alguna vez se presenta un problema de un subalterno con su jefe solemos reducirlo a un simple problema de autoridad que se presenta entre el recurso humano.

Como si la Realidad Fuera Así de Simple.

Nos vemos obligados a representar la realidad en estos términos porque vivimos bajo una constante demanda por tomar decisiones en corto tiempo. No se busca precisión en las respuestas sino velocidad en la acción, y en nuestro entorno (especialmente en las grandes ciudades) el que no trabaje de esta manera suele considerársele como alguien disfuncional. Desgraciadamente esta forma de eficientar los procesos mentales nos obliga a caer en el error de pensar que nuestra mente procesa información en forma objetiva, simplemente porque así nos gustaría que sucediera.

¿Le Está Sucediendo a Usted?

Casi les puedo asegurar que una buena cantidad de problemas que actualmente padece su empresa se basa en una percepción incompleta de la realidad, por lo tanto la solución de la misma no es efectiva. Esta situación yo la visualizo como tratar de aflojar un tornillo de cabeza plana con un desarmador de tipo estrella. Aún peor si usted mismo fue quien sugirió la compra del costoso desarmador para la realización de esta tarea y ahora tiene un grupo de ingenieros estudiando porque “el tornillo no se ajusta a nuestra herramienta”. En su caso la herramienta en conflicto puede ser una nueva computadora, un paquete de software, la creación de un nuevo puesto o el desarrollo de un nuevo producto.

La raíz del problema está en que si no reconocemos que nuestra estructura mental esta “hecha de gelatina” y nos dejamos llevar siempre por la impresión de experiencias pasadas podemos caer fácilmente en situaciones en donde la realidad no se ajusta a nuestras soluciones.
“Nunca se trabaja con los hechos, sino con las opiniones que tenemos de los hechos”.
Peter Drucker

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